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Dile SÍ a una vida sana: Cuidando de tu salud física, mental y emocional

Para dar lo mejor de ti como padre, primero debes cuidar de ti mismo. Esto significa comer saludable, dormir suficiente, ejercitarte y tomar decisiones inteligentes para manejar el estrés.

Vivir una vida sana es aún más importante para tus hijos, ya que sus cerebros y cuerpos aún están en desarrollo. Los niños usualmente prosperan cuando tienen buenos hábitos de sueño, hacen ejercicio diariamente y tienen autocontrol sobre sus decisiones. A los niños de esta edad les encanta aprender cómo funcionan sus cuerpos. Usa este interés para enseñarles un poco sobre cómo mantener una vida sana, ayuda a su cuerpo a funcionar a su máximo potencial.

Sé responsable

  • Deberes diarios
    • Tus hijos seguramente te observan mientras realizas tus tareas diarias: regar las plantas, buscar la correspondencia, pagar las cuentas, recoger la mesa y limpiar los platos, lavar la ropa y mucho más. Quizás estás cuidando de un familiar de edad mayor. Habla con tus hijos sobre sus responsabilidades y las cosas que requieren su atención. Las tareas escolares son, por supuesto, un deber. Quizás también se ocupan de que el plato del perro siempre tenga agua, sacan la basura y mantienen su habitación limpia. Estas responsabilidades contribuyen al mundo que los rodea. Si no las completan, las cosas se desorganizan, y es más difícil divertirse y mantenerse sanos.
  • Puntualidad
    • Enseña a tus hijos esta regla: «la mala planificación lleva a la mala ejecución». Ayúdalos a crear listas de quehaceres, y enséñales a usar una agenda semanal para las tareas escolares y actividades recreativas. Esto les ayudará a aliviar el estrés sobre la marcha.

 

Toma un descanso                                                                                                                

  • Duerme
    • Los niños entre 10 y 14 años de edad necesitan de 9 a 10 horas de sueño. Puede que tus hijos no quieran acostarse temprano, especialmente si ven televisión o usan dispositivos con pantallas digitales antes de acostarse. ¡Dormir les parece aburrido! Háblale a tus hijos de cómo el cerebro funciona como una máquina: si no se le da el mantenimiento adecuado –que en este caso es dormir– la máquina más importante (el cerebro) no funcionará bien.
  • Respira profundo
    • ¡La vida puede ser estresante, especialmente si eres un preadolescente! Háblale a tus hijos sobre la atención plena. Cuando algo estresante ocurre en el trabajo o durante el día, ¿cómo reaccionas? ¿Das un paseo corto o respiras profundo? Pregúntale a tus hijos sobre alguna ocasión en la que se hayan sentido estresados en la escuela o con un amigo. Hablen sobre las formas en que reaccionaron. Los niños muchas veces se culpan a sí mismos por su comportamiento. Es posible que tus hijos se sientan aliviados al saber que su enojo viene del sistema límbico. Ellos pueden ayudar a su cerebro respirando profundamente y esperando un momento antes de reaccionar.
  • Relájate
    • Hoy en día, la vida es tan ajetreada para todo el mundo… ¡A veces tu cuerpo y tu mente necesitan un descanso! Habla con tus hijos acerca de maneras divertidas de relajarse. Dar una caminata, encontrar una buena biblioteca y leer un libro o una revista, ir a un concierto gratis en un parque y hasta dibujar o pintar pueden ser muy buenas formas de reajustar un cerebro agitado.

 Cerebro + Cuerpo

 Puede que estas responsabilidades sean obvias, pero asegúrate de tomar el tiempo de hablar con tus hijos sobre las formas en que debemos tratar nuestros cuerpos.

  •  Ejercítate
    • Ejercita tu cuerpo para ser la mejor versión de ti mismo.
  • Un poco, no demasiado
    • El azúcar, las comidas poco saludables, la cafeína
  • Di que no
    • Los cigarrillos, el alcohol y las drogas

Al vivir una vida sana y cuidar de tu mente y tu cuerpo todos los días, serás más productivo, más amable y generalmente, mejor como persona.